La flor en los renglones

PORTADA-EMADÍ

 

EDITORIAL: Lola Editorial
MATERIA: Literatura: historia y crítica
COLECCIÓN: Libros de Berna;14
Nº PÁGINAS: 89
ISBN: 978-84-87240-37-9
FECHA PUBLICACIÓN: 04-01-2003

Un Rimbaud en Persia

“Cuando tañes tu instrumento
aparecen las huellas de un hombre
que sigue a una mujer
sobre la nieve aparecen
una sangrienta
otra no
un cementerio vive en tu instrumento
un instrumento
tu sigue soplando tu fuego
y yo tañendo mi instrumento”

MOHSEN EMADI
Meditaciones filosófica de un zagal

 

La tradición literaria occidental, a la que le cuesta tanto mirar más allá de París, acostumbra a ignorar a grandes genios de otras literaturas.

Figurémonos, por un momento, que nos encontramos en la orilla iraní del Mar Caspio, envueltos por los mil matices diferentes del verde. Las plantaciones de té de los valles de Mazadarán conviven con los inmensos arrozales de las llanuras. En este entorno privilegiado, en la ciudad de Sari, nació en 1976 Mohsén Emadí. Durante su infancia vivió los devenires políticos que cambiaron su país. Creció en un mundo incierto -volvamos la vista a la entrada triunfal en Teherán del ayatolá Jomeini en 1979- y pese a su educación rudimentaria y básica, muy pronto mostró sus dotes para la poesía. Influenciado por sus lecturas de los poetas clásicos del Irán, Emadí comenzó desde muy joven a componer versos en la métrica tradicional de los antiguos vates persas. Al cumplir los 16 años, su poesía da un vuelco y cambia los rígidos esquemas poéticos persas por el verso libre.
La única imagen que he conseguido ver de este precoz Rimbaud iraní lo muestra sentado en el teatro fumando una interminable pipa de haschisch. La obra que estaba viendo en el momento que fue tomada la fotografía era “Yerma” de García Lorca, en una representación en Teherán en el año 2001. Moreno, nariz persa, excesivo bigote, pelo ensortijado y mirada perdida, recuerdo aún su semblante cuando leo sus versos. Emadí mezcla con soltura en su poesía el mundo del cine con el folclore iraní más profundo, lo que hace de él un raro artista para su país, ya que a diferencia de la marcha de cangrejo que sufre Irán, los versos de Mohsen Emadí se proyectan hacia el futuro. Su elaborado tono coloquial y popular le ha hecho acercarse al pueblo iraní como muy poco poetas anteriores persas lo hayan conseguido nunca con sus contemporáneos. La fuerza de sus palabras y la grandeza de su estilo le hace merecedor de figurar en las bibliotecas más allá de su país. Su compleja grandeza de héroe antiguo nos recuerda el destino del poeta que irrumpe en nosotros y nos despierta del letargo de la costumbre y el desaliento. Ya lo dijo J.A. Valente, “el poeta debe ser más práctico que cualquier otro ciudadano de su tribu”

 

 Soren Peñalver, Publicado en Laverdad de Murcia.

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